jueves, 26 de febrero de 2009

SUEÑO.

Esto es un sueño. Lo sé porque las imágenes cambian constantemente. Una casa, montañas, prado, sol, sexo en la bañera. ¿Sexo en la bañera? No. Ahora no quiero soñar eso. Volvamos al paisaje. Un pajarito cantando, respirar aire fresco, besos, muchos besos. ¿Otra vez? Me estoy obsesionando. No pienses en él, no ahora no. Espera un momento, ¿Por qué no? Si me gusta, me gusta mucho. No quiero obsesionarme, y menos en los sueños que no se pueden controlar. Lío. Menudo lío llevo. Intentaré esta vez ir por la calle. Me situo en el centro de Valencia. Parece que estoy buscando algo. Voy rápido, mirando a todos lados, con el móvil en la mano. ¡Joder! Le estoy buscando a él. ¿Pero quién es él? Esta pregunta hace dos meses no me la hacía.. ¿Que me esta pasando? Mis sueños se convierten en obesión, obsesión por alguien que ni yo misma se quién es. Abro los ojos, miro a mi alrededor. Alivio. Le veo a mi lado. Es él. ¿Otro sueño? No, el beso que le he dado es muy real.

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