jueves, 26 de febrero de 2009

KOALA.

Miraba melancólica el koala aquel que me regalaste. Cada parte que observaba de esas fibras de poliéster convertidas en aquel adorable peluche me recordaba a ti y a todo lo que él había visto mientras intercambiabamos sentimientos de todas las maneras posibles. Recuerdo el día que me dijiste:"tengo un regalo para ti, es una tonteria, un detalle por estos 8 meses fantásticos a tu lado". Entonces quite ansiosa el papel el cual estaba lleno de flores de colores diversos y como muestra de agradecimiento acerqué mis labios a los tuyos, que durante dos minutos no se despegaron. Ahora, todos esos momentos solo sirven para recordar lo feliz que era a tu lado y, observar ese peluche, hace que que añore esa felicidad más y más; por suerte aun tiene ese olor a ti que nunca más volvere a apreciar.

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