viernes, 27 de febrero de 2009

MACHU PICCHU.

Cuando hablaba de tranquilidad no me referia a ir al Machu Picchu pero, ese ha sido tu regalo. Original donde los haya. La verdad es que me hubiese hecho más ilusión algo del tipo "Crucero por las Islas Griegas" pero cariño, gracias a ti todos los viajes son perfectos. Al llegar a Lima, un autobús nos llevo hasta el santuario. Las vistas eran preciosas y los restos arqueológicos fueron el escenario perfecto para hacer alguna que otra representación teatral con un beso como desenlace en cada una de ellas. Como unos niños de ocho años y como en cada uno de los viajes que hemos hecho juntos, pusimos nuestros nombres y un "Forever" en la piedra más grande y más bonita de la zona. Porsupuesto, hicimos fotos de seiscientas noventa y siete mil formas distintas y repetimos que nos queriamos otras tantas veces más.

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