jueves, 26 de febrero de 2009

ORANGUTÁN.

Paseando por el parque, pensamos en que sería buena idea entrar al zoo. Hacía mucho que no entraba en uno, es más la última vez que lo hize fue en Dublín cuando fui de vacaciones con mi prima. Antes de entrar, me vinieron muchos recuerdos a la cabeza de que mi padres nos llevaban a mi hermano y a mí al zoo que había en los víveros. Era un zoo que no me gustaba nada. Pequeño y antiguo. Pero aun así, me gustaba ir. Mi animal preferido es el delfín y siempre quería entrar por si algun día veía alguno. Mis padres me explicaban cada vez que nunca iban a traer a un delfín a ese zoo, pero yo me enfadaba y nos les quería hacer caso. Nunca ví un delfín. Esta vez que iba contigo, no esperaba verlo. Solo esperaba pasar el tiempo junto a ti y que el escenario fuese un zoo. Me contastes tus anécdotas de cuando tu ibas al zoo. La más interesante fue la relacionada con un orangután. Y es que solo quería comer si eras tu él que le dabas la comida, claro es que el primer día que vse mudó fuiste tu el que le diste de comer, entonces te cojió cariño. En ese momento, me sentí identificada con el orangután de una manera divertida. Si, algo tenemos en común y es que yo por ejemplo, solo quiero que seas tu el que me quieras.

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