Decidiste que la piña en almíbar fuera lo último que provasemos hasta que yo llegase a tus labios. Unos jugosos labios que aun tenían ese sabor tan tropical y que invitaban a deborarlos. Me encantan tus labios y los besos que salen de ellos. Unos labios tan perfectos que ni mis sueños pueden reproducilos con exactitud. Quiero que esos labios sean mios para siempre, poder mordelos cuando quiera y que sepan a almibar cuando estemos en los postres.
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