viernes, 27 de febrero de 2009

POLLO CON ALMENDRAS.

Apuesta ganada. Te toca a ti invitarme a cenar. Si es que cariño, ya sabes que en adivinar cosas yo soy mejor. Te dije que tenia 350 páginas. Tú decias 450. Acabas de perder una apuesta y ya te metes en otra. Dos intentos. Doble o nada. Acierto a la primera y cambio una de las dos cenas por un masaje. Comida china. Nos encanta. Tú pides pollo con almendras. Yo no, ya sabes que odio el caldo. Compartimos unos rollitos de "invierno" y entre bocado y bocado, hablamos de cualquier cosa. Comentamos a las parejas desconocidas de alrededor y asegurarmos que nosotros nos queremos mucho más. Cuando llegamos a casa te recuerdo que me debes un masaje. Hay que ver lo que te gusta hacerme rabiar. Te haces un poquito el olvidadizo y el cansado cuando los dos sabemos perfectamente que te mueres por hacermelo. Y yo por que me lo hagas. A partir de aquí solo hay amor y mucho, mucho placer.

2 comentarios:

  1. ...como puede ser que has descrito a la perfeccion una de las tantas situaciones
    que exo de menos porque son parte de los recuerdos con una persona a la que añoro ...
    parece como si te ubieras metido en mi mente
    y te ubieras dedicado a mirar los archivos
    mas ocultos que tengo ....


    IMPRESIONANTE ....

    ResponderEliminar
  2. La que estoy impresionada soy yo por haberlo hecho.

    Muchas gracias por leerlos y por comentar, espero verte por aquí a menudo.

    Un beso GUMI ^^

    ResponderEliminar

Valoración del minitexto