jueves, 26 de febrero de 2009

#6

Llegué a la casa, su aspecto era muy parecido al que yo recordaba, aunque los años habían pasado factura a la fachada que ahora tenía un color más apagado que el que mamá le hizó pintar a papá en sus horas libres. A ella le gustaba el color azul turquesa pero mi padre pensaba que sería demasiado llamativo y que no debía de pintarla de ese color, así que mi madre decidió que sería mejor pintarla color rojizo.

También se conservaba el columpio donde pasaba tantos momentos pensando en en lo bonita que se veía la casa desde ese punto. La casa de por sí es preciosa pero desde ahí se veía la ventana del cuarto de mis abuelos que era diferente a todas las demás, era de forja y con unas formas que a mi me encantaban y además cuando la luz se proyectaba sobre ella, dejaba una sombra en la pared que me gustaba mucho; Recuerdo que un día le dije a mi abuela que si me regalaría la ventana cuando fuese mayor,ella porsupuesto me contestó que sí, que así siempre me acordaría de ella y de lo bonita que era su ventana.

Otra de las cosas que recordé cuando crucé la verja que separaba la calle de la casa, es que mi hermano y yo jugabamos por el jardín cuando llegabamos de clase y cuando nos enfadabamos él se iba a su habitación y yo a una escondite secreto que estaba en los arbustos de al lado del columpio. Mi madre aunque sabía que estaba allí, gritaba mi nombre por toda la casa, advirtiendome que la cena fría no estaba nada buena.

Mi cabeza se llenó de tantos recuerdos que me quede unos minutos en la puerta sin hacer nada. Cuando que decicí abrirla, esta hizó un ruido muy brusco ya que desde que mis padres se mudaron de la casa no se había pasado nadie por allí. Al ver todo eso mis ojos se humedecieron y, brillantes, observaban como todo seguía en su sitio: la vitrina de donde papá sacaba la botella de vino cuando había algo que celebrar o si venía alguien importante ha cenar a casa, el perchero que se llenaba de chaquetas cuando venía el invierno, los sofas color marrón en los que tantas veces nos habíamos sentado, la estanteria que aún tenía esos libros que me gustaba ojear aunque no entendía muy bien lo que decían...

En ese momento llego él, cargado de cajas y esbozando una sonrisa. Le miré a los ojos mientras pensaba que era muy afortunada de estar en la casa donde pasé mi infancia; donde soñaba con ser mayor, con tener un marido, hijos que juegen el el jardín,que se columpien, que vean esa ventana donde ahora estaría nuestra habitación, si, la habitación de él y mia con la ventana de forja que me encantaba.

Entonces él se me acercó y me dió un beso, nuestro primer beso en esa casa en la cual seriamos felices.Esa casa en la que me despertaré y le sentiré cerca mia; le veré en la cocina desayunando ,en pijama y sin peinar, el café con leche que momentos antes le había preparado y que tanto le gustaba;la que estará llena de marcos con fotos nuestras de todos esos sitios donde iriamos; en la que buscaremos cualquier rincón para hacer el amor; para discutir por tonterias;la casa en la que también saborearé las cenas que él tan bien hace; La casa que oirá tantos te quiero... y en ese momento, como si hubiera leído mis pensamientos, me dijo el primer: "Cariño,te quiero".

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. "en la cocina desayunando ,en pijama y sin peinar, el café con leche"
    ..intimidad..
    genial!
    =)

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