jueves, 2 de abril de 2009

VIAJE.

Me voy de viaje. A Londres. Y mi madre se ha cerciorado de que no falte nada, está todo listo. Subo al avión y tengo la suerte de sentarme junto a la ventana. Aunque es de noche me gusta ver como las farolas, desde allá arriba, se convierten en pequeñas luciérnagas que, iluminando ciudades enteras, rompen la oscuridad a la que da lugar una noche. La noche del tres de abril, nuestro tres de abril. Y pienso en esto mientras las ruedas dejan de tener contacto con el asfalto. En ningún momento te has ido de mi mente. Me faltas tú. Lo más importante de todo, lo más imprescindible. Lo que necesito para vivir. Serán cinco días diferentes. Y cuando pienso todo esto, saco el libro que me regalaste, porque aún cerca de las nubes, tengo ganas de ti. Siempre las tendré. Y aún a dos mil dos cientos sesenta kilómetros, te amaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Valoración del minitexto