se vuelva oscuro
y el silencio
inunde el espacio,
imagínate a mi lado.
Imagínate a mi lado,
como esos días de luz,
en los que amanecemos
en la misma cama
con la misma sonrisa.
Con la misma sonrisa
que cuando me besaste
la primera vez,
y la segunda,
y la última,
antes de ayer.
Antes de ayer
cuando mis ojos
dejaron de verte y
al doblar la esquina
tuve que imaginarte
otra vez.
Otra vez,
una vez más,
Y otra.
Y otra.
Nos seguimos imaginando.
Nos seguimos imaginando
en un futuro
juntos
porque cuando vuelvas
a girar la esquina
aquí seguiré yo:
sonriéndote
como
anteayer.
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