miércoles, 27 de mayo de 2009

CONVERSACIÓN.

Cuando menos te lo esperas tu mente empieza a recorrer cada una de las pequeñas cajas fuertes que hay en ella. Cajas fuertes especiales ya que no tienen candado y que se abren así, sin más. A veces para bien y otras para mal. Dentro de algunas de esas cajas se albergan unas conversaciones no tan cualquieras y que, sin saber por qué, salen de ellas. Conversación simple. Conversación corta. Conversación demasiado larga. Conversación sin sentido. Conversación por conversar. Conversación contigo. De estas últimas hay muchas, muchísimas y no terminan ni lo harán hasta que se termine el contrato, aunque esto es otra historia. Conversación animada. Conversación para aprender. Conversación para enseñar. Conversación para informar. Porque no todo es empalagosamente cariñoso. Conversación porque sí, porque nos apetece. Conversación de tontitos. Conversación con risas. Conversación con lágrimas de alegría. Porque en nuestras conversaciones nunca hay tristeza. Deseo e ilusión por algo que vendrá sí, pero nunca tristeza. Conversación para convencer de que yo más. Conversación para imaginar un futuro. Conversación de ilusiones. Conversación que acaba demasiado rápido. Conversación con un pequeño silencio de por medio. Conversación con ruido de fondo. Conversación en cualquier sitio. Conversación a cualquier hora. Conversación de dos enamorados. Y esos dos somos tú y yo. Como otras veces, como siempre. Dos enamorados que seguirán almacenando conversaciones hasta que su corazón no les deje conversar más.

2 comentarios:

  1. Oh! me encantaaaa a mi me pasa algo parecido con las conversaciones con el niño que me gusta...pero me encanta conversar jejeje!!!

    ResponderEliminar

Valoración del minitexto