miércoles, 27 de mayo de 2009

NOTA.

Una nota encima de la mesa. La casa perfumada de aquel regalo tuyo de hace varios tres de noviembre y algunos rayos de sol iluminando la habitación. La nota la pasas de largo y me buscas por el resto de la casa. Tras asegurarte varias veces que no estoy, vas en busca de la única posible pista. Un papelito rosa en el que sólo hay escrito: “¿Tienes hambre? El desayuno te espera en la cafetería más cercana”. Te ríes y lo relees varias veces más intentando buscar palabras nuevas que surjan de la nada para comprender un poco de que va todo eso. Podrías haberme llamado al móvil o sentarte delante del televisor esperando a que llegue y te explique el porqué de esa nota, pero tú no eres así. Entiendes que es un juego, una de mis maneras de sorprenderte o al menos de intentarlo. Te vistes rápidamente y tras asearte un poco, bajas a la calle en busca de la cafetería más cercana. Bendices el día en el que construyeron la cafetería justo enfrente del piso, o bueno, cuando construyeron el piso enfrente de la cafetería, según fechas, el caso es que la idea de que no hayas tenido que pensar cual estaba más cerca, te tranquiliza. Entras un poco indeciso pero no hay dudas que ese es el lugar en el que te espera tu desayuno, el que por cierto, te apetece bastante. La noche de ayer te dejó extasiado pero esa es otra historia. Al abrir la puerta, una mirada masculina procedente de detrás de la barra se cruza con la tuya, que mira a todos lados. El camarero, aunque le divierte más la idea de esperar a que tú preguntes, se acerca a ti y se asegura de quien eres para después indicarte cuál es tu mesa. No preguntas nada, son parte de las reglas que aún no te había dicho pero que gracias a ellas todo tiene tu misterio. Café con leche, zumo de piña (que está más bueno que el de naranja), tostadas con mermelada y un croissant de chocolate bien calentito. Piensas que este es uno de esos desayunos en los que uno se lo toma con calma, disfrutando cada sorbo o cada bocado pero intuyes que no tienes mucho tiempo. Al acabar pides la cuenta y buscas tu cartera. ¿Cartera? Te la has olvidado en casa con las prisas… piensas en una excusa para el camarero que cuando viene, te entrega otra nota rosa, como la de casa. “¿Estaba bueno? Espero que te lo hayas comido todo porque necesitas energía para ir hasta la farmacia de siempre y comprar una prueba de embarazo” ¿La farmacia de siempre? ¿Una prueba de embarazo? Esto te está empezando a asustar. Te gustaría tener un hijo conmigo pero, ¿ahora? No lo piensas mucho y vas a la farmacia con un nudo en el estómago y un lío en la cabeza. Al entrar, la farmacéutica te pregunta que qué quieres, y te saca otra de las notas rosas: “¿Embarazada? No. Y por eso debes comprar una caja de preservativos y un candado en la ferretería que está justo al lado” En el momento que lees eso, sientes un gran alivio. Pides los preservativos y el candado en la ferretería. Allí te dan la ya habitual nota rosa. “Condones, un candado…¿Qué será todo esto? Un taxi te espera en la puerta de casa…” Ilusionado. Desorientado. Curioso. Así es como te sientes de camino al taxi. ¿Dónde te llevará? ¿Para qué? Piensas en lo que me gusta hacerme la misteriosa y ahí está, tú taxi. El taxista estaba esperando fuera, te invita a entrar y te pide que te vendes los ojos con una cinta. Aceptas aunque tu curiosidad casi puede más. Durante el trayecto escuchas un disco de las canciones que significan algo para nosotros, que son muchas. Tienes ganas de descubrir que es todo esto. Tienes ganas de besarme. Y yo también las tengo. Por eso, cuando llegáis, abro la puerta y como saludo te doy un dulce beso en los labios. Te quito la cinta y te asombras al ver que estamos en el aeropuerto. Te explico que nos vamos a Moscú. Que el candado es para ponerlo junto a todos los demás candados del famoso puente. Que los preservativos son la protección de todas y cada una de las veces que nos apetezca comernos y que todo esto lo hago porque me encanta viajar contigo, porque nunca hemos hecho el amor en Rusia y porque te amo muchísimo.

3 comentarios:

  1. Uuuuuuuh!
    Esto está más muerto Cosamasinteresante..

    Resucitaa! :)

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  2. Ester!!!
    hija mia tienes el blog abandonado, yo quiero seguir leyendo tus mini- textos...

    Besos =)

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  3. Eso queremos otro mini_texto o si nos te boikoteo el blog!Es broma felices fiestas Besazos

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