lunes, 30 de marzo de 2009

FARO.

Como el faro que ilumina a los barcos perdidos entre la oscuridad de la noche. Como la madre que llega para calmar al niño cuando tiene hambre. Como la sensación de beber un vaso bien frio de agua justo en el momento en el que pensabas que ya no podrías aguantar más. Como las historias que te contaban con cinco años para que te portaras bien. Como todo el chocolate del mundo, dulce y placentero. Como una caricia que te da escalofríos. Como la diferencia de escribir con un lápiz sin punta y con otro con punta. Como andar descalza , en la orilla de la playa y notando la arena y el agua entre los dedos del pie. Como la brisa en una calurosa tarde de verano. Como un orgasmo en una noche de sexo. Como andar cogidos de la mano por el centro de la ciudad. Como el mejor final que hubiese podido tener un libro. Como la satisfacción de cocinar una buena paella. Como la música que acompaña una velada romántica. Como un día soleado y despejado. Como tumbarte en el césped y sentir el cosquilleo de la hierba por tu cuerpo. Como un beso cálido. Como otro apasionado. Como un te amo tuyo. Como la felicidad. Como tú. Tú.

MODA.

Hoy toca limpieza general. No es algo que me apasione como darte un beso o caminar por el centro de la ciudad cogidos de la mano pero, hay que hacerlo. Además, tiene algo bueno, y es que lo hago contigo. Nos distribuimos las habitaciones y dejamos la nuestra para el final, para limpiarla juntos y dejar surgir lo que pasará luego. Con el plumero en mano y un CD en marcha, empezamos otro sábado más. En cada cambio de habitación aprovecho para darte un dulce y apresurado beso y así recordarte sin palabras, que te amo. De fondo, me escuchas cantar las canciones. En algunas me acompañas, en otras te quedas callado y pensando en lo mucho que me quieres. Yo hago lo mismo, y es que cada vez que haces algo, por insignificante que sea, me siento muy afortunada de que lo compartas conmigo. Y al fin, nos encontramos en nuestra habitación. Con prisa por terminar, para poder seguir escribiendo otro de los miles de capítulos mano a mano. Mientras limpio, curioseo entre rincones con cosas de hace mucho. Son cosas nuestras. Del principio. Regalos, cartas y cartulina formando corazones. Puede parecer que estén pasadas de moda, pero nuestro amor nunca se pasará y ahí se refleja. Las miramos melancólicos y alegres, recordando tiempos pasados, donde nos queríamos menos pero por la simple razón de que cada día nos queremos más. Las guardamos con cuidado, terminamos de limpiar y dejamos que la mañana continúe bajo el agua, para después desayunarnos y seguir amándonos hagamos lo que hagamos.

ESTUCHE.

Una de esas mañanas rápidas, un tanto divertida y sin demasiado que hacer. Muchas veces me sumerjo en un mundo de pensamientos azules y no en un mar, aunque estoy segura de que no me hundiría. Mis pensamientos no hunden, es más, hacen que salga del universo flotando e imaginando un mundo nuevo, contigo . Allá arriba no hay atmósfera, ni oxigeno, ni agua, ni comida. Allá arriba sólo hay pensamientos dibujándote y no necesito más, porque tú me nutres y me das razones por las que seguir viviendo. La razón eres tú. Y todo esto, lo pienso mientras un profesor explica las batallas pasadas de este mundo, o una profesora corrige las frases analizadas. Yo quiero analizarte a ti. Estudiarte a ti. Aprobar cada pequeño examen que me hagas, porque quiero ser tu alumna preferida. La única. La que te hace todos los trabajos. La que intenta mejorarlos para sacar sobresalientes y dedicártelos. La que nunca falta. Quiero que nuestra casa sea un colegio sin director, donde cada habitación sea una clase, nuestra cama sea el pupitre y tú, el papel donde demostrar todo lo que he estudiado antes. Sin chuletas dentro del estuche, porque no me hacen falta. No quiero que hayan normas que impidan enamorarme de un profesor, porque si no, ya estaría expulsada. Lo que quiero es seguir aprendiendo contigo, toda mi vida, para así pasarla siempre junto a ti.

miércoles, 25 de marzo de 2009

FALLAS.

En unos minutos, el cielo se iluminaría de decenas de colores formando líneas que, juntas, daban lugar a la imaginación de las miles de personas que lo contemplarían desde el borde del cauce del río seco que cruza toda Valencia. Centenas de grupos de amigos, de familias, de parejas, de solitarios, que querían disfrutar del espectáculo sonoro y colorido. Nosotros éramos una de esas parejas. La más feliz de todas ellas, la más enamorada. Sentados sobre gris y envueltos de abrazos, esperábamos el comienzo de algo más que fuegos artificiales. Fallas. El aire repleto de pólvora, de alcohol, de fiesta, de sueño acumulado y por donde pasábamos, de amor y deseo. Los aplausos tras el aviso de que empezaba, interrumpieron las conversaciones de los allí presentes. Yo te di un beso y tú, buscando algo más, empezaste a besar mi cuello. Sabes lo que eso me excita y más si con tu mano acaricias mis piernas, subiendo y notando que cuanto más subes, mis pantalones están más calientes. Yo te imité sabiendo que encontraría algo diferente de lo que tú, disimuladamente, ya estabas tocando. Nuestras miradas pedían a gritos algo que había empezado y que ni la gente de alrededor, ni lo que se estaba dibujando en el cielo, lo interrumpiría. Las ganas pudieron a todo lo demás. Y nos dejamos llevar, sin importarnos el qué dirán. Yo, encima, fisgoneando entre tus pantalones. Tú, debajo, acariciando lo que escondía mi camiseta. Besándonos. Tocándonos. Chupándonos. Acompañábamos al sonido de la pirotecnia con nuestros jadeos, que aumentaban al compás. Parecía una competición con el objetivo de llegar al clímax antes. Los fuegos artificiales a la traca final, y nosotros a un orgasmo espectacular. Le ganamos nosotros, le pusimos mucho más énfasis, y cuando acabó, nos quedamos ahí, comiéndonos la noche, comiéndonos mutuamente y con mucha hambre, como siempre.

lunes, 23 de marzo de 2009

PERSONALIDAD.

Tienes una personalidad un tanto rara. Pasas de mi casi siempre. Soy yo la que tiene que ir detrás de ti. Seguramente hasta te pareceré pesada. Pocas son las veces que me dices te quiero sin que te lo haya dicho yo primero. Aún son menos las veces que me contestas a los mensajes. Y no hablemos de cuando no me cojes el telefono. Aún pasando todo esto. Aún sintiendome imbecil y aunque se que pierdo el tiempo. Te quiero.

DISFRUTA.

Disfruta de mis labios que se enrojecieron con la piruleta. Disfruta de mi, haz lo que quieras conmigo. Disfruta de todos los segundos que te regalo, de todos los te quiero que te digo y de todas las miradas que te lanzo. Disfruta porque muchos quisieran hacerlo. Sientete privilegiado de besar mi cuello, de morder mi lengua y susurrarme al oido. Disfruta de los escalofrios que te entran cuando acaricias mi piel. Disfruta de mi presencia. Aprovechate de mi. Toca todo lo que quieras, hazme gritar de placer. Disfruta de mi inocencia pero, por favor, no te enamores de mi.

miércoles, 11 de marzo de 2009

BOCHORNO.

Acompañados por el bochorno que tenía como padre un sol de tarde de un verano que acaba de empezar y escuchando de fondo el oleaje del mar, nosotros. Unidos por manos, arrumacos y besos, pisamos juntos piedras mojadas por olas nacidas en algún otro lugar del mundo. Sentados en la arena, entre continuas bromas y muestras de cariño, se me ocurrió la idea de preguntarte de donde te gustaría que viniesen esas olas, o simplemente, de donde creías que vendrían. Después de decir mares, océanos, ciudades y países, y con una gran dosis de ilusión, cierta inocencia y mucha imaginación, acabamos hablando de una isla para nosotros solitos. Como niños pequeños. Pintando con la mente casas en los árboles, miles de frutas exóticas, monos camareros como en un capítulo de alguna serie televisiva, aves paradisiacas que coloreaban el verde de las palmeras y de muchos otras plantas, dibujando un paisaje digno de cualquier historia de naúfragos que podamos haber leído, visto o escuchado. Pero, sobretodo, amor en el aire. Para nada mencionamos ordenadores, móviles, el metro, cafeterías, supermercados, cines, coches ni nada que no sea de vital importancia. Porque sé que es típico, pero también sé que es sincero: contigo, todo lo demás es secundario.

martes, 10 de marzo de 2009

CARICIAS.

Hoy no ha sido una comida como las demás. Hoy también estabas tú. En un restaurante, con unos jardines preciosos. Fuentes. Flores. Pequeñas imitaciones de puentes de madera y que habrán presenciado miles y miles de fotos de todo tipo pero, que en todas se quería plasmar lo mejor posible, ese feliz día rodeados de un intento de naturaleza. Era la hora del cóctel. Las personas parecían buitres en busca de un gusano alrededor de las bandejas de los camareros. Tú y yo preferíamos comernos mutuamente. Entre los arbustos. Creyendo que estabamos lejos de la multitud aunque escuchabamos el rumor de la gente mezclado con el maravilloso sonido de un saxofón en forma de CD. Sabiendo que nos podian pillar. Pero no nos vamos a engañar, eso nos ponía más. Al calor del día había que sumarle la que desprendían los besos y las caricias. Tu mano perdida entre mi vestido en busca de un tanga. La mía palpando encima del pantalón y buscando eso que tanto me gusta. Notar como poco a poco dejo que entres. Conteniendo gritos pero dejando escapar gemidos incontrolables. El placer metido dentro de mí. Sintiéndolo. Agradeciéndolo. Deseando que no acabe nunca. Miradas que piden más. Palabras susurradas y excitantes. Manos que no se están quietas. Besos buscando tesoros ya conocidos pero siempre valiosísimos. Me encanta ser pirata, que tu seas la isla y buscar el tesoro que hay en ella. Luego intercambiamos roles. Porque esto es de dos. Siempre de dos. Placer compartido y encima contigo, no podría ser mejor.

ENTENDER.

Entender el por qué de las cosas no es tarea fácil. Hay gente que vive para averiguarlo y yo, por ejemplo, vivo para quererte. Desde hace unos meses mi objetivo del día es demostrartelo y que seas feliz con ello. En una pareja hay que demostrar lo que se dice. Hablar es muy fácil, incluso la gente que no sabe lo hace. Esas personas creen que hablan cuando, en realidad, simplemente sueltan lo que dicen pensando que esta bien y sin importarles si estan equivocadas. En el amor, pasa lo mismo. La gente cree que quiere a alguien, y lo que verdaderamente hacen es lanzar pequeñas flechas de ilusión que ya le reclamaba la otra persona. No hay que esperar a que esto pase. No podemos esperar a que la otra persona viva por ti y tu solamente quieras vivir con ella. Si amas a una persona, vives por ella. Yo vivo por ti. Vivo para demostrarte que todo lo que te digo es verdad. Y con vivir, me refiero a respirar por ti. A morir por ti.

jueves, 5 de marzo de 2009

LLAVERO.

Cuando abras la puerta de tu casa y escuches el metálico pero dulce tintineo del llavero que te regalé, acuerdate de que yo escucho parte de él cuando abro la puerta de la mía. Piensa en que es una escusa más para decirte que te amo. Y es que cualquier escusa es buena para repetirtelo una vez más. Cada día, cada vez que te lo digo, una invisible aguja atraviesa tu corazón y tu mente para impregnarles de pequeñas gotas de tinta que tatuan en ellos mis palabras consiguiendo así que siempre se queden en ti. Como con todo, se aprende con la práctica, y cada día que pasa, perfecciono la manera de tatuartelas. Con más precisión. Con más amor, porque cada día te quiero más que el anterior, aunque parezca imposible. Si, parece imposible, porque cuando te lo digo, no puedo pensar que te querré más al día siguiente. Y cuando me levanto, queda muy atrás el amor de las palabras que con tanta ilusión te dije la úlima vez . Me levanto con una sonrisa y con la aguja llena para seguir con mi tarea de tatuarte que eres mi vida y que estoy enamorada de ti.

miércoles, 4 de marzo de 2009

HISTORIA.

Nuestra historia nunca se convertirá en recuerdo. Serán los dias los que nos harán recordar momentos muy felices juntos, y con recordar no me refiero a extrañar. Mi felicidad es un libro cuyos capítulos son los días. El título una fecha. El prólogo no es una presentación, ya que desde el día en el que te conocí el libro empezó a llenarse de letras. El índice lo tendrán que escribir nuestros hijos, porque hasta que dejemos de respirar, ese libro seguirá escribiendose. El autor eres tú. Tú eres el que, con tus hechos, con tus palabras, con tus ánimos y con tus consejos, mueves la pluma que está rellena de tinta permanente. Si algún día ese libro se publicara y lo pudiese tener en mis manos, significaría que te has cansado de escribir. Para que eso nunca pase, yo cada día, te haré masajes en las manos para que puedan seguir escribiendo. Te hablaré más flojito para que tu mente no se canse. Te daré de comer alimentos con muchas vitaminas para que tengas fuerzas. Te acompañaré a hacer ejercicio para que estes sano. Recargaré la tinta de la pluma cuando se acabe.Te cuidaré cuando lo necesites. Te recordaré que te amo para que puedas inspirarte. Te daré sorpresas para que te motives. Repasaremos juntos las faltas de ortografía para que nos las volvamos a cometer. Y te haré feliz del mismo modo que me haces feliz a mí, aunque es complicado, porque contigo yo soy la persona más feliz del universo.

Valoración del minitexto